miércoles, 3 de diciembre de 2014

Impulsar inversión es clave para recuperar dinamismo, dice Cepal

Nuestra región debería ir estructuralmente en sentido contrario a China: tenemos que ir del consumo a la inversión”, enfatizó ayer la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, durante la presentación del informe de balance y perspectivas para la región que elabora el organismo. En ese sentido, Uruguay ocupa una posición de privilegio en América Latina. Si bien en el último año la inversión desaceleró su ritmo de aumento, Uruguay quedó al margen de la caída que muestran los niveles de inversión en la mayoría de los países. Al mismo tiempo, los analistas privados esperan que recupere su impulso en los próximos años y mantenga un crecimiento por encima de la media regional.

La desaceleración de las exportaciones y el consumo interno se encuentran detrás del  menor crecimiento de la región. Ante ese escenario, la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe pone el énfasis en la inversión, no solo como un impulsor del crecimiento en el corto plazo, sino como un vehículo para alcanzar una mayor productividad y competitividad.
“Para sostener e incrementar la demanda interna, el componente clave es la inversión”, dijo ayer Bárcena, en la conferencia de prensa que dio en Santiago de Chile.

En los últimos años, la inversión fue un pilar importante del crecimiento de la economía uruguaya. Desde 2006 y hasta mediados de este año, la actividad local creció a una tasa promedio de 5,4%. Según cálculos de la Unidad de Análisis Económico de El Observador, de esa evolución, 1,9 puntos se explicaron por un incremento de la formación bruta de capital fijo (inversión), en particular del sector privado.

En los 12 meses finalizados en junio, sin embargo, el fin de la construcción de Montes del Plata llevó a una reducción del peso de la generación de capitales en el crecimiento de la economía. De la tasa de 3,6% a la que creció la actividad local en ese período, la inversión explicó tan solo 0,5 puntos. Ese incremento se explicó completamente por el aumento de 13,7% de la inversión pública, que apenas compensó la caída de 1% en la inversión privada, de mayor peso para la economía.

A pesar de esa desaceleración, el crecimiento de la inversión uruguaya previsto para este año es de los más vigorosos de la región. Según el sondeo realizado por FocusEconomics en su informe LatinFocus Consensus Forecast, que encuesta a un importante número de analistas locales e internacionales, la inversión en Uruguay crecerá 1,9% este año, mientras que para el conjunto de América Latina se espera una caída de 2%. Para Brasil se espera un deterioro de 6%, mientras que para Chile la caída será de 5% y en Argentina de 4,1%. Los expertos esperan que, en Venezuela, la formación de capital fijo se reduzca 9,8% respecto a 2013. 

Con esa tasa de crecimiento, la inversión tocaría un piso en su ritmo de expansión este año, el menor desde la caída de 4,7% que tuvo lugar en 2009 en Uruguay. Sin embargo, auguran que repuntará a partir del año que viene, con un incremento esperado de 2,7% para 2015 y de 4,3% en 2016.

Si bien hoy la inversión en el país se encuentra en un nivel históricamente alto con relación al Producto Interno Bruto (PIB), de 23,2% en los 12 meses a junio, todavía se mantiene por debajo del nivel que la Cepal considera adecuado para las necesidades de inversión e infraestructura de la región, cercano a 27% del PIB.

La clave es la inversión
Según el diagnóstico del organismo de Naciones Unidas, las condiciones internacionales siguen siendo propicias para que la región siga atrayendo capitales, una buena noticia para la inversión. 

Sin embargo, el incremento del déficit fiscal en la mayoría de los países –solo Perú conserva un superávit en las cuentas públicas, y en Uruguay, el rojo fiscal alcanza 3,2% del PIB–, deja un “espacio limitado” para que el  sector público tome la posta de la inversión.

Aun así, señalan que el rol del sector público será clave para este proceso. Según Bárcena, es necesario “expandir la arquitectura macroeconómica contracíclica, incorporando las necesidades de inversión e infraestructura de la región”. Si bien los países de América Latina y el Caribe lograron reducir la volatilidad de los ciclos económicos, entre otras medidas, a través de fondos de estabilización y de ahorro, todavía queda mucho por hacer para reducir la volatilidad de los flujos de inversión. “La macroeconomía del desarrollo no debe estar solo al servicio de suavizar el ciclo económico sino además de potenciar la capacidad productiva de largo plazo”, dijo Bárcena.

Expectativas
El informe preliminar de balance y perspectivas de Cepal, presentado ayer en Santiago de Chile, actualiza las expectativas de crecimiento, para este año y para el próximo de las economías de América Latina y el Caribe.

A contrapelo de la región, el organismo de Naciones Unidas mejoró sus previsiones para Uruguay, con un crecimiento esperado de 3,5%, por encima del 3% proyectado en abril. Para la región, en cambio, Cepal redujo sus expectativas de expansión para este año, de 2,2% a 1,1%.

Sin embargo, mientras que las proyecciones muestran una aceleración de la economía de América Latina para el próximo año a 2,2%, los técnicos esperan que Uruguay mantenga su ritmo de crecimiento de 3,5%.
Brasil mantendrá un crecimiento leve en 2015Si bien la Comisión Económica Para América Latina y El Caribe (Cepal) prevé que Brasil abandone el estancamiento económico en 2015, anticipa que su tasa de expansión seguirá siendo modesta. 

El organismo de Naciones Unidas corrigió a la baja la proyección de desempeño del gigante de la región para este año, pasando de un anticipo de expansión económica de 1,4% en abril, a 0,2% en su último informe de  balance y perspectivas. En conferencia de prensa desde Santiago de Chile, el secretario ejecutivo adjunto de Cepal, Antonio Prado, dijo que las señales que dio el gobierno de Dilma Rousseff con la conformación del nuevo equipo económico, permiten proyectar con optimismo.

El economista brasileño resaltó el carácter equilibrado del nuevo equipo económico. El pragmatismo del ministro designado para Hacienda, Joaquim Levy, conocido por su inclinación ortodoxa y su vocación por la austeridad fiscal, se verá compensado por el perfil de izquierda de Nelson Barbosa, designado para liderar el Ministerio de Planificación. Según dijo, Barbosa es un “neokeynesiano” con ideas “desarrollistas”. Prado agregó que Rousseff busca emprender un “ajuste de corto plazo”,  manteniendo su “compromiso con el desarrollo”.


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