lunes, 15 de diciembre de 2014

Bancos sólidos para los depositantes

En un escenario de incertidumbre sobre cuáles serán las dificultades externas que le tocará vivir a la economía uruguaya en el próximo año, la primera pregunta que viene a la mente es cuán sólido está el sistema financiero en nuestro país. La pregunta es pertinente, porque cuando los bancos están débiles y tienen que retraer el crédito en el mismo momento en que aparecen señales de dificultad financiera en las empresas, agravan la fase descendente del ciclo económico. Incluso los propios bancos se pueden transformar en un problema y afectar negativamente el funcionamiento de la economía.
La lectura de los balances de los bancos a septiembre de 2014 permite descartar el escenario más grave: difícilmente sean un problema para la economía en 2015 y 2016. Respecto al margen que tienen para no agravar el ciclo económico, la visión estática también permite una cuota de optimismo. En la actualidad las instituciones financieras tienen margen para expandir el crédito a las empresas y las personas (sector privado no financiero).
Sin embargo, cuando se analiza en términos dinámicos la tendencia muestra que el margen es cada vez más pequeño, en particular en el Banco República. Por lo tanto, se analiza a continuación por un lado la foto del sistema en la actualidad y por otro la evolución que genera algunas dudas sobre el potencial del crédito bancario a futuro.

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Vale la pena desatacar que están ocurriendo cambios fuertes en la estructura del sector. Se observa una concentración de la actividad en un menor número de instituciones privadas. También se comienza a aplicar una nueva normativa del gobierno procurando facilitar el acceso a los servicios a los que no los tienen.
Sobre el final de 2014, el sector se constituye por 10 bancos privados y 2 estatales, y el tamaño de cada uno de ellos se puede apreciar a través del total de activos que gestionan tal como se ilustra en el Gráfico N° 1.En términos generales, el Banco República es igual a la suma de los cuatro privados de mayor tamaño (Santander, Itaú, BBVA y Scotiabank). Son menos bancos que hace cinco años pero el nivel de actividad, de clientes y empleados en el sector creció. Hay un proceso de concentración del nivel de actividad privado que es altamente probable que se siga profundizando.

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