lunes, 22 de junio de 2015

Un nuevo ciclo económico

Definitivamente la economía uruguaya ingresó en una nueva fase del ciclo económico. Si bien, gracias a fortalezas construidas a lo largo de las últimas décadas, no atraviesa por una etapa recesiva como sus vecinos —de los que está logrando diferenciarse— tampoco puede ser ajena a esa realidad y a los cambios que se están procesando a nivel mundial, lo que se traduce en una menor tasa de crecimiento.
Es importante señalar a la desaceleración de la economía china, cuyo fuerte crecimiento en la última década, y en particular a partir de 2009, fue el gran factor que explica el fuerte crecimiento que experimentaron las economías de la región. Se dio a favor de las economías latinoamericanas un doble efecto positivo: por un lado el crecimiento de las exportaciones de commodities y por el otro la baja en los precios de importación, que abarató el consumo interno y transformó a esta variable en la fuerza más dinámica sobre la que se basó el crecimiento de los últimos años.
En el nuevo contexto el consumo interno ya no será la fuerza arrolladora del pasado reciente, lo que sitúa a las autoridades económicas en un momento de definiciones en las que deberán encausar correctamente las expectativas de los agentes económicos, lo que más allá del discurso, deberá verse plasmado en acciones concretas. En los próximos meses comenzarán nuevas rondas de los Consejos de Salarios y se presentará el nuevo Presupuesto. De su resultado dependerá en buena medida que Uruguay pueda seguir diferenciándose de sus vecinos y atravesando una coyuntura no tan favorable, pero con una tasa de crecimiento positiva.

Coyuntura.

Los datos recientemente divulgados señalan que en el primer trimestre del presente año el PIB creció 4% si se lo compara con igual período de 2014, pero 0,6% (equivalente a una tasa anualizada del 2,4%) si la referencia es el trimestre anterior, es decir el último de 2014.
Son dos guarismos que aparentemente no resultan consistentes entre sí. La comparación interanual habla de una economía dinámica, mientras que la de corto plazo muestra un desempeño más moderado. Ello puede sorprender en algún caso y llevar a malas interpretaciones. Pero si se analiza detenidamente la evolución de la economía uruguaya a lo largo del último año y se profundiza en la realidad que se vivía en cada una de los puntos de comparación, tal inconsistencia desaparece y se confirma la desaceleración.

La comparación interanual, es decir frente al primer trimestre del año pasado, lo fue ante un mal momento de la economía uruguaya. En aquel entonces tanto el agro como la industria habían registrado tasas de crecimiento negativas, la temporada turística había sido mediocre y la situación climática todavía no estaba jugando a favor, como sí lo hizo en los restantes trimestres. De hecho, en ese trimestre la economía en términos desestacionalizados cayó 0,3% en relación al trimestre anterior, lo que equivale a una tasa anualizada del 1,2% (ver Gráfico N° 1).

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