viernes, 5 de junio de 2015

Los retos de Tabaré Vázquez en la visión de JP Morgan

Para el banco estadounidense JP Morgan, el gobierno de Tabaré Vázquez tendrá un "desafío político clave" con los "sindicatos", "no hará una reforma fiscal integral, pero sí ajustes fiscales más graduales" y tendrá una "amortiguación significativa contra potenciales shocks" gracias a la "regla" de tener pre-financiados al menos 12 meses hacia adelante de vencimientos de deuda.
Esos conceptos destacan en el informe "Uruguay: notas de viaje:. A pesar de los desafíos inmediatos, el gradualismo toma protagonismo" que hizo el banco para clientes y al que accedió El País.
El encargado de Uruguay en el JP Morgan, Franco Uccelli es quien elaboró el reporte donde también remarcó que el problema de la "dolarización" de la economía uruguaya está "sobrevaluado".

Gobierno estable.

"El ambiente político actual es prácticamente estable", describió Uccelli. "A pesar de algunas pruebas de que el nuevo gobierno profesional del presidente Vázquez puede chocar" con los integrantes del sistema político anterior, "la mayoría de los expertos locales creen que Vázquez es la persona adecuada para asegurar un consenso sobre las medidas legislativas de su administración", añadió.

"Para algunos, el desafío político clave de Vázquez no tiene que ver con la clase política, sino más bien con los sindicatos, que aumentaron notablemente su poder e influencia sobre el gobierno durante la administración (de José) Mujica (2010-2015)", apuntó el reporte.

Política fiscal y salarial.


Según el banco "la consolidación fiscal solo será gradual. Actualmente el déficit de las cuentas públicas es de 3,3% del Producto Interno Bruto (PIB). "Mientras que el gobierno planea reducir el déficit fiscal al 2,5% del PIB en 2019, apoyado por las mayores transferencias de las empresas públicas, la reducción de la masa salarial en el sector público, y la reducción del gasto discrecional, la consolidación significativa no es probable que comience hasta 2016", apuntó.
Enfatizó en que el "gobierno está reevaluando la contribución financiera de las empresas públicas" por hasta US$ 600 millones para el 2019, pero "sin una reforma fiscal integral". En el informe se mencionó que de todas maneras, "se están considerando ajustes fiscales más graduales para reducir el déficit y estabilizar la carga de la deuda pública".
En este último caso, la "regla de Prefinanciación proporciona amortiguación significativa contra potenciales shocks", indicó. "El gobierno ha logrado mantener de forma continua" una "caja" de "por lo menos 12 meses hacia adelante del servicio total de la deuda (amortizaciones más intereses). De hecho, en la actualidad cuenta con ahorros en efectivo equivalentes al 6,1% del PIB y con líneas contingentes (se desembolsan cuando el país lo necesite) de organismos multilaterales equivalentes a 3.5% del PIB, poniéndolo en una posición cómoda para cubrir dos años completos de servicio de la deuda", explicó.
Este es "un lujo que muy pocos otros países de la región tienen actualmente", destacó el banco estadounidense.
A su vez, prevé que no haya más emisiones de deuda a nivel internacional después de haber colocado US$ 1.200 millones en febrero. "Dicho esto, el gobierno todavía necesita recaudar US$ 500 millones en el mercado local, lo que tiene intención de hacer a través de subastas programadas", explicó.
Un problema que evaluó el banco es que "ante la ausencia de políticas fiscales y salariales que complementen" la política monetaria, "la inflación seguirá por encima del objetivo" del gobierno de 3%-7%".
"Algunos funcionarios sugieren que la única manera de salir de la trampa actual de inflación alta es a través de políticas fiscales y salariales" que "complementen" el "enfoque contractivo de la política monetaria, que (...) ha demostrado ser insuficiente", indicó.
"Las nuevas políticas fiscales y salariales son objeto de examen, por lo que el timing de su aplicación, y, por tanto, el impacto positivo sobre la inflación, sigue siendo incierto", añadió.

Dólar a $ 28.

El reporte expresó que "el compromiso (del gobierno) con un tipo de cambio flexible sigue siendo fuerte".
"Aunque se reconoce que una moneda más débil tiene consecuencias negativas para los precios al consumo, las autoridades parecen estar bastante cómodas con la tendencia de debilitamiento continuo del peso uruguayo, que de hecho ayuda a mantener la competitividad internacional de las exportaciones del país", añadió el JP Morgan.
"Los expertos locales esperan que el peso uruguayo continúe depreciándose en los próximos meses, aunque a un ritmo más lento que lo que va del año, para seguir al real brasileño", agregó.
En ese sentido, el banco prevé que el dólar cierre 2015 a "alrededor de $ 28".

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