Punta del Este es la joya de las playas uruguayas. “La Saint-Tropez sudamericana”, como dicen algunos. Por sus calles desfilan empresarios, políticos y artistas internacionales, que la convierten en uno de los destinos más exclusivos. Y muchos europeos que llegan se enamoran del lugar y deciden construir casas o invertir en proyectos inmobiliarios, siendo así cada vez menos turistas y más locales.
“Los europeos eligen este lugar por el espacio, la tranquilidad y el paisaje. Les encanta el calor de aquí cuando allá es invierno. Punta del Este es un lugar donde todo es más descontracturado; además, no hay pobreza extrema y eso les gusta”, dice a PERFIL la empresaria Ana Rusconi, del lugar.
En José Ignacio, el noruego Alexander Vik es dueño de Estancia Vik, un predio de 1.500 hectáreas donde se combinan arte y arquitectura con actividades como polo, golf y cabalgatas. También son dueños de Playa Vik, donde erigieron un complejo de seis casas con vista al mar. Otra figura asidua es Paola Marzotto, hija de la condesa italiana Marta Marzotto –ex dueña de Valentino–, en cuya chacra, Zañartu, pasó un verano Pierre Casiraghi, hijo de Carolina de Mónaco y novio de su hija, Beatrice Borromeo. Marziotto considera Punta del Este un “paraíso” imposible de encontrar en Europa. Esta temporada, la casa de su madre (también en La Barra) fue escenario del robo que sufrió el italiano Lappo Elkann, heredero de Fiat. En 2007, cuando Punta del Este cumplía cien años, el brasileño Alexandre Grendene, dueño de la fábrica de zapatos Melissa, recibió la llave de la ciudad. Desde hace años su mansión, Victoria, del exclusivo barrio Beverly Hills –donde tiene dos casas–, es sede de imponentes fiestas de Año Nuevo.
Por su parte, el empresario gastronómico italiano Giuseppe Cipriani disfruta en su casa Gin Tonic, en La Barra, donde recibe amigos a los que agasaja con pastas caseras. Por allí pasaron la top model Naomi Campbell y el ex presidente español José Rodríguez Zapatero. Como dice Rusconi, “Punta es un gran lugar para construir una casa y vivir una vida plena y relajada. Tiene esa onda hippie chic tan particular”.
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